Lucas 23:39-41
39 Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.
40 Y respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿No temes tú a Dios, aun estando en la misma condenación?
41 Y nosotros, a la verdad, justamente padecemos; porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas Éste ningún mal hizo.
Aquí observamos un claro ejemplo de Arrepentimiento y Temor a Dios.
Hoy se les hace fácil a muchas personas pedir en oración a Dios, que les cumpla sus deseos y anhelos personales y esperan a que Dios les responda conforme a sus peticiones. Porque esas personas consideran que si Dios es Todopoderoso, puede hacer lo que le pidan. Así como el malechor que le injuriaba al Señor para que le salvara la vida.
No tienen temor a Dios.
No somos dignos ni siquiera de pedirle a Dios por nuestras vidas (como está escrito en Marcos 8:35 "Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, éste la salvará".), mucho menos somos dignos de pedir por nuestros sueños, anhelos o deseos personales; lo único que podemos hacer es arrepentirnos y pedir misericordia a Dios, para que él nos dé el don de la vida eterna, como expresó el otro malechor, con humildad y temor:
42 Y dijo a Jesús: Señor, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo: Hoy estarás conmigo en el paraíso.
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