miércoles, 17 de abril de 2013

Obedeciendo la voluntad de Dios




Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

Job 2:10


Tú que quieres servir a Dios y hacer su voluntad:

Nos encontramos en un sistema que incita a la gente a buscar el éxito, el progreso, la superación, etc., en resumen: "alcanzar el bienestar personal", sin tomar en cuenta cual es la voluntad de Dios.

El mundo no quiere hacer caso a la voluntad de Dios; no quiere aceptar que finalmente es Dios quien determina lo que depara el futuro. En muchas ocasiones hacen creer al ser humano, que él puede controlar su destino y el destino de este mundo.
Le hacen creer que puede lograr todo lo que se proponga y cuando así lo quiera.
Entre las filosofías que promueven este tipo de ideas, se encuentra el coaching, la ley de la atracción, la que dice que el universo conspira a tu favor, etc.

Que Dios sea el soberano y controlador de todo, en ninguna manera contradice el hecho de que el ser humano tiene la libertad de tomar decisiones, ya sean buenas o malas, pues al haber sido hechos a semejanza de Dios (Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza... Génesis 1:26), al ser semejantes a nuestro Creador, poseemos la libertad (como él la tiene) de decidir. 

Por lo que respecta al devenir y los sucesos que acontecen en este mundo, es Dios quien tiene el control final; él decide lo que ocurrirá y lo que no.

Por eso dice en Santiago 4: 13-15

13 ¡Vamos ahora! Los que decís: Hoy o mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, compraremos y venderemos, y ganaremos;
14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque, ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quisiere, y si viviéremos, haremos esto o aquello.
  
Por ello nosotros debemos reconocer que quien determina esto o aquello es Dios y, nuestro deber es obedecerle  y cumplir su voluntad.

Para conocer y entender su voluntad, hemos de ir a las Escrituras y con humildad pidamos sabiduría, para entender cual es su voluntad para con nosotros.

El mejor ejemplo de sometimiento a la voluntad de Dios, es el que nos mostró nuestro Señor Jesucristo:

41 Y Él se apartó de ellos como a un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Lucas 22:41-42

 
No nos cansemos de hacer su voluntad, aunque en algunas ocasiones parece que el incrédulo es recompensado, mientras que al creyente le pasa el daño. Pero hemos de recordar lo que dice el Salmo 37:1-5.

1 No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
2 Porque como el pasto serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán.
3 Espera en Jehová, y haz el bien; y vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado.
4 Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.
5 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará.


No corresponde a nosotros (criaturas de Dios) altercar con él, por el fin que ha designado a su creación. Pues recordemos que lo que ahorita vemos, no es como es en realidad, pues solamente Dios lo sabe:


Y ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.
1 Corintios 13:12


Por eso es que no entendemos por qué suceden algunas cosas, pero es aquí donde hay que estar firmes y sujetarnos a la voluntad de Dios, sabiendo que él quiere nuestro bien.

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Jeremías 29:11


En nosotros está el cumplir y obedecerle, para hallar gracia delante de él y alcanzar así, el verdadero bienestar.

A donde quiera que Dios nos envíe, nos ponga o permita que desarrollemos tal o cual actividad.  Ahí estamos obligados a obedecerle y de esa manera cumplir su voluntad.

Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación se levantará para los judíos de otro lugar; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si has llegado al reino, para un tiempo como éste?
Ester 4:14

Pidamos misericordia para que Dios nos muestre su voluntad y seamos valientes para cumplir y obedecerle.
Al final él tiene un fin bueno para el que le sirve y le busca de verdad.

Si aveces, por mucho esfuerzo que hagamos en determinada situación, el acontecimiento deseado no se da, hay que respetar y aceptar la voluntad de Dios.
Hay que analizar también si éste no está en contra de la voluntad de Dios, porque de ser así, no se nos concederá.
Si por el contrario, estamos obedeciendo a Dios, quizá aún no es el tiempo ni estamos en las condiciones que él ha planeado para nosotros.

Así que permanezcamos en obediencia y pidamos Sabiduría para hacer que nuestra vida se dirija conforme a la voluntad de Dios.

Ya sea que vivamos algo malo o bueno en el presente; Tenemos que aceptar su voluntad sabiendo que nos espera lo mejor.

Porque lo que al presente es momentáneo y leve de nuestra tribulación, nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria.
2 Corintios 4:17



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