Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16:33
Hace tiempo estuve erróneamente a favor de algunas ideas promovidas por el movimiento denominado feminista.
Ignoraba su verdadera intención.
Hace unos días tuve la bendición de entender y conocer acerca de los verdaderos fines que dicho movimiento persigue.
Su verdadera intención es manipular a la mujer para que destruya al hombre y en consecuencia a la familia (incluyendo a la misma mujer).
Me di cuenta que toda esa ideología de la violencia hacia la mujer, de exigir igualdad de derechos, del empoderamiento de la mujer, entre otros temas; son meramente excusas para quitar la paz, la armonía, la convivencia y el amor en las personas, porque lo único que se logra con esto, es que exista un odio y competencia entre hombres y mujeres.
A este tipo de movimiento, no les importa en sí ayudar a la mujer, sino destruirla, al mismo tiempo que arruinan al hombre y como consecuencia a la familia.
Algo similar a lo que sucedió en el Huerto del Edén; cuando la serpiente (el enemigo) persuadió a Eva (la mujer) para hacer caer en pecado a Adán (el hombre) y con ello destruir a la humanidad.
En la actualidad sucede lo mismo, el blanco principal es: la mujer.
La mujer ha sido invadida con tantas falsas ideas.
El problema más grave, es que muchas piensan que eso es lo correcto, lo aceptan y terminan procediendo conforme a lo que les dice el mundo.
Como por ejemplo:
-Trabajan con ímpetu para desarrollarse en una profesión (porque el mundo le dice que debe realizarse y triunfar como profesionista).
-Tienen pocos hijos o ninguno, porque el mundo dice que "la familia pequeña vive mejor", cuando en la Biblia se nos dice que:
3 He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. 4 Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. 5 Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.
Salmo 127: 3-5
Y cuando tienen hijos, de acuerdo a ideas del mundo piensan que es conveniente dejarlos con la abuelita, en guarderías o pagar a alguien para que los cuide y de esa manera no desatender el trabajo fuera de casa para no perder oportunidades y seguirse desarrollando profesionalmente.
-También compiten con su esposo por ser cabeza en el hogar y quieren mandar a la par de él (en algunos casos sobrepasan su autoridad).
Estas son ideas, que al principio pueden parecer correctas, porque así lo exige el mundo actual, a través de movimientos como el feminista.
Y efectivamente, para al mundo eso está bien, porque son ideas impuestas por el mundo (llaman a lo malo, bueno... Isaías 5:20); pero no te dicen, lo que hay atrás y las consecuencia de todo esto: estrés, enfermedades, precupación, divorcios, abandono de hijos, mucha aflicción y lo principal: Desobediencia a Dios.
En pocas palabas hay dolor en ti (mujer) y en tus seres queridos.
En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16:33
Leyendo la Biblia, podemos darnos cuenta que el panorama es diferente.
En primer término se le dice al ser humano (hombre y mujer) que:
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Buen entendimiento tienen todos los que ponen por obra sus mandamientos: Su loor permanece para siempre.
Salmo 111:10
El temer a Dios nos lleva a la obediencia de sus mandatos.
El fin de todo el discurso oído es éste: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
Eclesiastés 12:13
Así que, con respecto a la mujer que es esposa, es importante que ella conozca, entienda y obre conforme a la voluntad de Dios.
Hay que andar de acuerdo a los mandatos que Dios nos ha dado, para nuestro propio bien.
Menciono en breve, lo que Dios nos pide a las mujeres casadas.
Son mandatos o principios que, movimientos como el feminista, atacan (ser esposa y madre).
Nosotras fuimos creadas para ser la ayuda idónea del hombre. Somos un equipo con nuestro esposo, y nuestra función en dicho equipo, es la de ayudar. Cuando desobedecemos este principio, sólo recibimos mucho dolor. Porque en vez de que crezca nuestro Matrimonio (equipo), se viene abajo.
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Génesis 2:18
Comparen este principio aplicado en algún deporte donde se juegue en equipo. Cada miembro del mismo tiene una función a cumplir, para que el equipo resulte ganador. ¿Qué sucede si alguien deja su puesto y juega en uno que no le corresponde? El equipo se desequilibra, pierde fuerza y queda expuesto a ser facilmente vencido.
Por eso, es importante que nosotras como mujeres, hagamos bien el papel que nos corresponde en nuestro matrimonio (ser la ayuda idónea).
También es necesario que seamos sumisas o sujetas a nuestros esposos.
Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Colosenses 3:18
Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus propios maridos en todo.
Efesios 5:24
Es importante que cuando haya que tomarse decisiones relevantes y trascendentes para la familia, permitamos al hombre que sea él (como cabeza) quien decida. Quizá opinemos o demos alguna sugerencia, pero al final, quien tiene la responsabilidad de decidir, es nuestro esposo y nosotras debemos respetarlo y aceptar su decisión.
Aún cuando nuestro esposo sea indrédulo a la Palabra de Dios, debemos sujetarnos a él, porque recuerda:
Asimismo vosotras, esposas, sujetaos a vuestros propios maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, al observar ellos vuestra casta conducta que es en temor
1 Pedro 3:1-2
En este punto es importante aclarar que si él toma una decisión equivocada, no vamos a criticarle o a hacerlo sentir mal (aún cuando nosotras habíamos preveído eso), sino que le acompañaremos y le seguiremos siendo de ayuda, para que la próxima vez, sea mejor.
En el caso de que su decisión vaya en contra de los principios de Dios, vamos a optar por obedecer a Dios (eso es lo fundamental) y no a nuestro esposo. Porque recordemos:
Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
Hechos 5:29
Otro principio bíblico es:
La mujer sabia edifica su casa: Mas la necia con sus manos la derriba.
Proverbios 14:1
Aquí tiene que ver con la atención de nuestro hogar, entre ellos, el cuidado que le damos al inmueble donde habitamos. Nuestra casa, aunque humilde, prestada, rentada, etc., debe estar bonita, cómoda y acogedora. Que sea un lugar donde nuestro esposo, nuestros hijos y nosotras querramos estar allí, por todo lo que encontramos (comodidad, paz, alegría, comprensión, apoyo, etc.).
Además este principio también nos guía hacia el cuidado de nuestros hijitos. Debemos amarlos,instruirlos y guiarlos hacia Dios. Por ello no es conveniente que la mujer esté tanto tiempo fuera del hogar, por motivo de estarse "realizando" como mujer o profesionista.
Un punto final que quiero aclarar es que, si bien la mujer puede tener un trabajo que le produzca ingresos, el mismo no tiene por qué alejarla de las responsabilidades que Dios le dio. No corresponde a la mujer ser la proveedora de la casa, esa es responsabilidad y obligación del hombre.
No es como dicen los movimientos tipo feminismo. Que la mujer puede elegir si quedarse en casa o salir a trabajar a desarrollarse profesionalmente. No es así. La mujer tiene la responsabilidad y obligación de que en su casa, todo marche bien, tiene que edificar su casa.
En proverbios capítulo 31 del vers. 10 en adelante tenemos la instrucción para ser una mujer virtuosa. Una mujer virtuosa es la que teme a Dios, por lo tanto le obedece y halla gracia delante de Él.
Aquí notamos a una mujer que trabaja en actividades remuneradas ( Hace telas y las vende; y provee de cintos al mercader. Prov. 31:24) pero no descuida por ello a su familia (Se levanta aun de noche, y da comida a su familia Prov. 31:15; No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles. Prov. 31:21).
Así que la mejor opción, si queremos y tenemos tiempo libre (que no tengamos bebés), para ocuparnos en un trabajo remunerado, éste debe ser a tiempo parcial y de preferencia que hagamos desde casa, saliendo de ella únicamente, el tiempo necesario para no descuidarla.
Quiero, pues, que las mujeres jóvenes se casen, engendren hijos, gobiernen su casa; que ninguna ocasión den al adversario para decir mal.
1 Timoteo 5:14