De manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos ser sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.
Mateo 15:31
En toda nuestra obra, cuanto hagamos, sea a Dios la gloria y sea para él nuestra labor.
Recordando que:
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
1 Corintios 15:58
Sirvamos a Dios en todo momento, a través de nuestro trabajo y quehacer cotidiano. No se trata de alcanzar o buscar que otros nos reconozcan o nos admiren, eso no está bien. Se trata de que si hacemos algo, sea para que se glorifique, se alabe y se exalte el nombre de Dios.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres
Colosenses 3:23
A través de la Palabra de Dios podemos darnos cuenta que al obedecer y someternos a su voluntad le estamos dando la gloria a Él.
Dar gloria a Dios significa exaltar su Autoridad, su Poder, su Majestuosidad, darle Honra, Alabarle, Adorarle. Así que en cada proceder nuestro, glorifiquemos su nombre, sea notorio que por sobre todas las cosas está Dios.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo.
Mateo 5:16
Es decir, que cuanto hagamos y lleguemos a influir en la vida de los demás, sea para la gloria de Dios, no para quedar bien con las demás personas o para que otros hablen bien de nosotros; sino para que sea dada la gloria al Soberano, Majestuoso y Rey de Reyes. Nuestro Dios grande y Todopoderoso.
Si alguno habla, hable conforme a la palabra de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da; para que en todo Dios sea glorificado por Jesucristo, al cual sea gloria e imperio para siempre jamás. Amén.
1 Pedro 4:11
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